Prevención

La Vitamina K y el Cáncer

La vitamina K fue descubierta en el año 1935 por el danés Henrik Dam; quien le otorgo ese nombre debido al origen de la palabra danesa para coagulación: koagulation. Esta vitamina existe en dos principales formas: vitamina K1 que se encuentra en los vegetales verdes; y la Vitamina k2, que se encuentra en alimentos que pasan por un proceso de fermentación, como el queso y en los derivados de la carne.

A fin de que puedan activarse las proteínas indispensables para procesos como la coagulación hepática, protrombina y factor X, es necesaria la vitamina K; y así también es necesaria en la activación y regulación de proteínas en las células, en el funcionamiento de los huesos; por lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. También se ha comprobado el efecto que puede tener ante el cáncer hepático, leucemia, cáncer de pulmón, cáncer de colon, de mama, entre otros tipos de cánceres.

La Vitamina K y el Cáncer (Factor Reductor)

Diversos estudios han revelado que el consumo de vitamina K reduce considerablemente el riesgo de padecer algún tipo de cáncer; uno de ellos reveló que quienes reciben vitamina K a través de alimentos, son menos propensos a desarrollar algún cáncer o morir por alguno.

Una investigación del Centro de Investigación del Cáncer de Alemania, que se publicó en el American Journal of Clinical Nutrition, relacionó el consumo de vitamina K con la disminución en el riesgo de cáncer de próstata. Tanto la vitamina K1, K2 y K3, lograron ofrecer mejores resultados en los participantes de este estudio. Aunque no se determinó el efecto de uno de los tipos de vitamina K en un cáncer en específico, sí se comprobó la influencia de otros factores como la edad, peso, alimentación, estilo de vida sedentario, etc.

¿Cómo Puede Reducir el Riesgo a Padecer Cáncer?

El complejo de vitamina K formado por filoquinona, menadione y menaquinona funciona por un medio de un particular mecanismo que se conoce como autofagia; el cual induce la eliminación de células neoplásicas en diversos tipos de cánceres. En el proceso, la célula se destruye a sí misma, de forma parcial; el proceso de autodestrucción se inicia por las partes que son menos relevantes gracias a las vascuolas digestivas.

Por lo que se puede decir que esta vitamina ofrece una reacción defensiva; curiosamente, este proceso de defensa se activa cuando el organismo del paciente se somete a un periodo de hambruna o ayuno. Es el escenario ideal para que la vitamina K tenga un efecto reductor de riesgos del cáncer.

La vitamina K puede aumentar el estrés oxidativo en tejidos tumorales, de forma selectiva; y junto con otros nutrientes, se destruyen las células neoplásicas a través de procesos:

  • Autoskizis: es un proceso donde la célula que padece el estrés, sufre de una ruptura de membrana; liberando así su contenido de citoplasma y organelas.
  • Oncosis: se trata de un proceso en el que la vitamina K induce la muerte celular relacionada con el estrés isquémico; lo que hace realmente difícil el crecimiento de un tumor.

Algunos estudios también han relacionado que la vitamina K en su acción como anticancerosa; se debe a la intervención que tiene en los niveles de las tirosin-kinasas, la oxidación selectiva, las fosfatasas; dando como resultado una modulación en los factores de transcripción. A su vez, la vitamina K junto con el colecalciferol, brindan una protección al tejido óseo; a fin de conservar su integridad, sobre todo teniendo en cuenta, que es el lugar ideal para que se desarrolle metástasis.

Acción Conjunta de la Vitamina K

Todas las formas de vitamina K actúan en conjunto, cumpliendo diferentes roles; por lo que se sugiere que sean incluidas en el tratamiento de pacientes con cáncer. En este sentido, se describe la acción específica de cada tipo:

  • K1 o filoquinona: se ha comprobado su éxito en pacientes con cáncer de hígado; incluso administrando dosis diarias de 40mg.
  • K2 o menaquinonas: puede inducir a las células asociadas a la leucemia o cáncer del tejido sanguíneo. También se ha comprobado que acciona como destructor de células relacionadas con: el cáncer de colon, estómago, cerebro, pulmón, hígado, esófago, etc.
  • K3 o menadione: cumple la función de bloquear la formación de nuevos vasos sanguíneos que son fundamentales para la expansión del tejido tumoral.

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